Ron Johnson, responsable de como son hoy las Apple Store
Ron Johnson fue elprimer hombre al cargo de la división de venta al público de Apple, lo que también engloba las Apple Store, de lo que se siente muy orgulloso dado que tuvo un gran éxito con lo que ahora es la tienda al público con más beneficio de la historia.
Su carrera profesional
En una entrevista con la Universidad de Stanford, Johnson remarcó su vida laboral con marcas como Target, Apple y J:C: Penney. El tuvo mucha responsabilidad en las decisiones que han hecho posible lo que a día de hoy se conoce como la «experiencia» Apple Store, y entre estas cosas, esta que siempre hayan tenido WiFi gratis.
También habló de su relación con Steve Jobs, calificandola de íntima.
Después de trabajar en Target, Steve Jobs se encargó de que Ron Johnson fuese el encargado de construir la división de ventas al público, que en pocos años, la convirtió en un negocio billonario. En 2011, dejó Apple para convertirse en CEO de J.P. Penney, empresa que dejó en 2013 por un choque de trenes dentro de la compañía, y es que quería implementar un modelo Apple para este vendedor, idea que no gustó.
Así pues, se dió la situación de que Apple tenía su puesto de jefe de venta al público vacante y Ron no estaba ocupado, pero en esta ocasión, Tim Cook decidió contratar a Angela Ahrendts, que venía de Burberry.
Como concibió el concepto de Apple Store
Durante su charla en Stanford, dijo que trabajar en Apple había sido la mejor decisión laborar que había tenido en su vida. Era el único encargado en Apple cuando las primeras Apple Store aparecieron, y trabajó muy de cerca con Steve Jobs.
Cuando diseñó las tiendas, dice que pensaba en crear una experiencia maravillosa para el consumidor. Esto significaba que los emplazamientos para las tiendas debían de estar cerca a la gente en el día a día, en su rutina diaria, por ello podemos encontrar muchas de estas tiendas en calles muy comerciales como Picadilly Circus y centros de compra.
Hay veces que solo por esa experiencia, la gente va allí a mirar, solo por el simple hecho de ir, sin tener en mente llevarse nada.